miércoles, 8 de febrero de 2012

Sin brújula ni mapa, la búsqueda del referente.

           Si es que claro, vosotros ahora sois jóvenes, todavía no sabéis lo que es la vida, habéis vivido muy poco, sin preocupaciones ni obligaciones. Solo pensáis en divertiros y ala , a disfrutar. Todas esas ideas que tenéis cambiarán cuando crezcáis y tengáis que ganaros la vida. Muchas cosas que ahora no entendéis las entenderéis cuando seáis mayores.
            Cuántos nos daremos por aludidos? Creo que los de los mios, los que no sabemos nada de la vida, escuchamos este discurso al menos una vez al día. Desde que teníamos uso de razón nos han machacado con la idea de que la vida es muy dura, de que tenemos que luchar para vivir y sacarnos a nosotros mismos, sin ayudas, las castañas del fuego. Lo que me extraña es que nadie haya llegado a tal punto de desesperación como para ponerse un letrero de neón luminoso en la frente con: YA LO SÉ. Yo me estoy planteando seriamente el caso.
            Quiénes sois? Donde se conceden títulos de conozco-la-vida-mejor-que-tu-y-te-aviso-del-marron-que-se-te-viene-encima-hasta-que-te-sangren-los-oídos? En la tómbola? Yo quiero uno! Es más. En que momento pasáis a ser uno de los “nuestros”, charlatanes desvergonzados, a ser uno de los “vuestros”, superintendentes de la vida. Algo fatídico tiene que pasar para que os pongáis de repente a inculcar todo ese miedo, no? Voy a ir comprando un bunker. El caso es que os he visto pisotearos entre vosotros para alcanzar el cielo mientras os permitís el lujo de dar lecciones de moral y de la vida misma. A mi mucha confianza no me inspira.
                 Yo me pregunto en que momento pasan a ser válidas nuestras opciones, por que hasta ahora os ha servido con un simple “cuando seas padre comerás huevos” o “cuando seas profesor decidirás tu” para rechazar cualquier opinión o perspectiva diferente sin abrir, ni muchísimo menos una vía de debate o discusión.
                En definitiva, que no solo no se nos tiene en cuenta, si no que además se nos repite hasta la saciedad lo determinado que esta nuestro destino. Así que ya sabéis señores, menos machacarnos con lo grande que es el muro y más darnos la fórmula de la pólvora para derribarlo, que nosotros ya lo habíamos visto solitos desde el principio del camino.




Tenemos que pensar que somos seis mil millones de personas en el planeta y hay trescientos millones de personas con acceso a internet. Eso quiere decir que cada uno de nosotros tenemos de forma permanente veinte personas golpandote con su conciencia en la tuya diciendote escribe algo por mi, que yo no puedo.

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